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Según la historia, las pérgolas son los elementos arquitectónicos de mayor longevidad junto a los túneles verdes de los jardines de Alta Edad Media y principios del Renacimiento, los cuales estaban a menudo formados por brotes jóvenes y flexibles de sauces o avellanos unidos por la cabeza para formar una serie de arcos, sobre los que se tejían unos listones longitudinales, donde se desarrollaban las plantas trepadoras para hacer un paseo fresco, sombreado y moderadamente seco.

No es difícil suponer por su estilo “natural”, que son zonas o recintos agradables por su propia naturaleza. Gracias a una pérgola, podemos delimitar zonas amplias sin cerramientos que reduzcan espacios, pudiendo crear distintos ambientes.

Puesto que las pérgolas son elementos estructurales especialmente pensados para los espacios amplios al aire libre y jardines, están formadas por elementos y diseños, (postes que soportan las vigas o travesaños), que dan forma a un enrejado abierto y que está cubierta normalmente, adornada con plantas trepadoras o con los más diversos materiales.

Debido a la gran variedad de estructuras y diseños más o menos complejas, a la hora de definir una pérgola, deberemos determinar concienzudamente la ubicación y el entorno del espacio que vamos a ocupar. Ya que deberá ser un lugar apacible y acorde con el diseño general del jardín, tenemos que huir de los agobios y las aperturas con los espacios, o si no, una vez instalada tendremos un problema.

La pérgola puede ser independiente o adosada a un edificio u otra estructura en cuyo caso suelen eliminarse los pilares y sujetarse las durmientes de dicho lado a la estructura ya existente. Un uso muy común es la protección de zonas de paso de una zona ajardinada, pero pueden también formar parte de un edificio como protección de zonas de paso.

Las pérgolas pueden también enlazar distintas estancias del hogar, pueden hacer de marquesinas en las puertas de los edificios hacia zonas ajardinadas como terrazas o piscinas, y pueden ser estructuras completamente autónomas que proporcionan sombra y refugio a lo largo de un camino. Pero lo que es indiscutible, una buena reunión familiar o de amigos no tiene desperdicio si se realiza bajo una buena pérgola.

Si tenemos suerte de disponer del espacio necesario, es recomendable instalar una pérgola ya sea en una terraza, un ático, un patio o cualquier tipo de zona exterior, lo que sin lugar a duda ofrecerá la posibilidad y confortabilidad de un lugar distinto, que ampliará nuestro hogar, además de otorgarnos momentos placenteros a nuestra vida.

A esto se suma que, si habitamos en ambientes mediterráneos o zonas con mucho sol, por poner un ejemplo, la pérgola nos protegerá del calor, que unido a una buena decoración, poco cargante y con plantas, la sensación resultante es de un mayor frescor.

Pero ocurrirá casi lo mismo si vivimos en zonas de menos sol, con mayores lluvias, por lo que la protección que nos ofrece una pérgola con laterales, además de la sensación de libertad, de privacidad o intimidad.

Es indescriptible la cantidad de buenos momentos que podemos vivir con los amigos en este espacio, que podemos utilizar la mayor parte del año, para comer, descansar, charlar, tomar el sol o incluso para una buena siesta.

Una pérgola da pie a dejar volar nuestra imaginación a la hora de decorarla y añadir un mobiliario acogedor, que haga que parezca una segunda vivienda. Estaremos como en casa.

Por lo general, las pérgolas solían ser de madera, pero en la actualidad, se han incorporado nuevos materiales en su estructura, encontrándolas también de PVC, aluminio y de hierro, preparadas para que, con un sencillo mantenimiento, puedan durarnos toda la vida. Por suerte para nosotros, hay un sinfín de diseños más o menos completos, materiales y añadidos decorativos para adaptarse a nuestras necesidades.

El uso de las pérgolas, ha ideo evolucionado, para dar forma a estilos muy diversos, al igual que los tipos de cubiertas. Su uso se ha incrementado con el paso de los años, de manera que se ha adaptado la forma de montaje para que sea sencilla de instalar, para el resultado que ofrecen. Nos sorprenderemos al comprobar lo fácil que es montar una pérgola por muy completa que sea.

Por otro lado, si no tenemos una idea preconcebida de lo que queremos, podemos dejarnos aconsejar por los expertos. Ellos serán quienes nos ofrecerán las mejores recomendaciones o soluciones, así como los pasos a seguir para su mantenimiento.

Sea como fuere, si disponemos del espacio necesario, no debemos pensárnoslo y debemos instalar una pérgola. No nos arrepentiremos.

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